OTRO FINAL

Pasó en uno de esos antros... en el único al que a veces accedo a entrar. Mi curul es en la barra, desde donde me siento con mi jugo de ciruela o como en este caso, agua simple a esperar q se me acerque alguien. Casi siempre se trata de amigos ebrios tratando de hacerme caer en cuenta de algo que entendí desde que abrieron la boca por primera vez. No me importa demasiado, no tengo nada mejor que hacer. La música sube, los ánimos se encienden. Veo a la señorita ir hacia el baño. Suficiente cerveza ha circulado por su hermoso organismo. No la veo más. Se que volverá y pasará frente a mí. Solo me resta esperar. Pasa a mi lado, hago como que tomo un sorbo de mi agua. Se para frente a mí. Todo está dicho, porque ellas deciden, siempre lo harán. Y veo en sus ojos que ya ha decidido. Tres frases, dos hermosas sonrisas y un beso: se ha ido el malestar. Dos besos mas y miro con deseo la cerveza que se pide. Le explico que he dejado de beber. Me sonríe, toma un trago y enseguida me besa, dejándome sentir dos veces el sabor de la gloria.

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