EXACTO

En el taxi. Suena Sahiro. El hombre que maneja me ofrece mostrarme la señal que le había dejado un accidente que le rompió el fémur y le dejo con 2 centímetros menos de pierna. No me emociona mucho la idea, sin embargo, al llegar a mi casa, se medio baja el pantalón y muestra un camino lacroso que inicia en su cadera y continúa hasta la rodilla. Compruebo que toda su historia es cierta y siento que a pesar de que él escuche Sahiro, conjugue mal los verbos y no sepa cosas que uno (en su afán de darse importancia), considera vital saber, comparte conmigo un conocimiento que lleva dolor y tiempo descubrir: nada es más valioso para un enfermo que su predisposición para curarse. Le agradezco por todo y solo para estar seguro le pregunto: ¿esto es Sahiro, no?
"Claro", me responde, "talento nacional: esta música parece triste, pero me sube el ánimo".

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Mi destino es como el viento?
Esa me gusta.