EL ÚLTIMO PIPAZO

Fue antes de que se fuera... entre las dos grandes conversaciones que no nos dejaron seguir como hasta entonces. Hay cosas cercanas a la verdad que son demasiado reveladoras. Mi triste visión de la vida no pudo encajar en un plan de vida ajeno. Dejé la pipa en su sitio y me acosté a su lado. Conversé casi solo, y al final, ella cogió su ropa, y bajó a llamar a un taxi.

Hoy, casi una semana después, saqué mi pipa antes de escribir esto, y vi al fondo: nunca la vacié. Dos carboncitos negros se juntaban en una especie de dúo de burbujas petrificadas. Prendí la fosforera pensando en pedirle a un amigo que me compre una nueva y aspiré. Solo quedaban cenizas.

1 comentario:

radicaLibre dijo...

necroplone, rrarray la garganta, jajaja