Me despierto solo. No me duele nada, reviso mi estado de cuenta por internet y veo que no estoy tan mal, sin embargo no puedo dejar de pensar en todo el trabajo que me traje para la casa y que no hice en todo el fin de semana. Hay varias excusas, pero la mejor es el cansancio emocional. A algunos les da por desarrollar una gastritis, a otros, como a mí, les parece una mejor opción echarse en la cama a devorar dvds de series y papas fritas con coca cola. Estoy solo, y estar solo apesta, ya no tendré a nadie que me mime, ni que me despierte con canciones, o que me sirva desayunos en la cama. Tampoco tendré quien me pida cambiar de canción ni quien me agite los sueños.
Lo comprendo, y deseo continuar.
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