SÍNTOMAS

Mis labios se parten. Sensibles a cualquier roce, se han manifestado en una laceración al lado derecho que no sangra a menos que me ría demasiado o me besen muy fuerte. Al interior de la boca, las partes más delicadas de mis membranas han comenzado a doler como si me hubiera mordido por dentro durante toda la noche. La pierna escurre un líquido viscoso mientras los ganglios de todo el cuerpo se hinchan llenándose de no quiero saber qué.

DOCTOR (con mirada seria, pero amable): Francisco; creo que es hora de quitar los fijadores externos. Dos años de tratamiento es mucho tiempo. Tu cuerpo y tu pierna necesitan un descanso.

YO: ...


Lo supuse desde hace tiempo, era hora de un cambio. Si mi condición fuera una relación sexual, este viernes, cuando entre al quirófano, estaré viviendo el orgasmo. Y cuando salga, ya sin las 8 libras de metal incrustado en mi pierna y con un ordinario yeso cubriendo lo que fuera mi gloria, estaré en la fase de resolución, donde llegas desnudo, rendido y a merced de lo que venga después.