SUSI POP

Era de noche en Bilbao, hacía un frio de mierda e íbamos una vez más a salir a buscar suerte en una ciudad que no nos pertenecía pero nos acogía de buena manera. "Vamos al Fever" me dijeron. Yo solo salí de mi casa de playa que no servía para el invierno en auge y seguí a la jauría. Llegamos en metro. Las fábricas abandonadas me hablaban de una era industrial difunta que jamás conocí. Dimos vuelta en una esquina y apareció el Fever. Los neones rosas y verdes nos llamaban. Al entrar, la música envolvente te convencía enseguida de que pidieras un cubata, porque esa era tu noche. Muchos caímos en la trampa. Pasé por todas las salas de la disco. Luego del reggae, el ambient y el rock pop de la sala principal, terminé con mi segundo trago en la sala superior, electrónico extremo que permitía a todos bailar sin notar nada alrededor, D., un querido asturiano se acercó gritándome al oído: "Vamos, tio, que ya están las Nancys Rubias". Salí de la sala sin entender muy bien y mi mirada se enganchó enseguida a la tarima: 4 travestis y una fémina hacían el mejor show que he presenciado. Glamour y decadencia filtraban el playback mientras tocaban sus instrumentos desconectados y la cantante pedía que el DJ mande la pista 6.

Dos horas después, al final del concierto, estaba satisfecho. Fui hasta la barra de la entrada a pedir otro trago y entonces vi salir por una puerta a todas las Nancys Rubias. No podía quedarme sin hacer nada así que grité a la última en salir: ¡Ídolo!.

Ella se dio vuelta, sonrió mirándome felinamente y me estiró la mano. Tomé su guante satinado y se lo besé. Ella sonrió un poco más y salió con las otras Nancys. Su verdadero nombre era Jesús Galindo, más conocida como Susi Pop. En el grupo se hacía llamar La Verdadera Nancy Rubia. El domingo dejó este mundo. Que la acompañe mi respetuoso beso, donde quiera que siga su historia.