EL ÚLTIMO FIN DE SEMANA

VIERNES
El trabajo se termina a la hora que yo quiera. Esto no quiere decir que abandone la oficina sino más bien que utilizo la computadora para empezar desde ahí mi fin de semana. Abro todos los tentáculos sociales virtuales y espero que algo suceda. Sorpresa: no sucede nada. 8 pm llego a mi casa. En este punto está claro que mi fin de semana se ha vuelto una excusa para tirarme a la cama solo.

SÁBADO
¿Voy a dejar que todo termine así? Ayer a las 2 de la mañana me conecté solo para descubrir que soy el único que está en su casa mirando la ventana del chat. No hay opciones, no hay cambios, no hay ganas. Quizás el destino necesita un empujón de vez en cuando... pero no soy yo quien se lo dé. Abro la carpeta que dice: NOPOR. Y empieza la función.

DOMINGO
Las oportunidades se toman o se dejan. Cuando se dejan, ni siquiera vale la pena hablar al respecto. Me he quedado solo y me ha empezado a gustar. Como no he salido desde el viernes he optado por disminuir el cuidado personal a lo mínimo.

Hago un recuento: no me he bañado desde el viernes y solo me he cepillado los dientes dos veces. Mi cabeza me pica desde el sábado de noche así que la enfundé en un sombrero ridículo para no clavarme directamente las uñas. He contactado virtualmente con algunos amigos que me confirman lo que sospechaba: aún sin mí, el mundo exterior sigue su marcha. Alguno dice que en mi blog siempre pongo la misma mierda, yo estoy seguro de algo: la mierda no resbala. ¿Dibujos? muchos. Pero ninguno lo suficientemente bueno. ¿Mujeres? Ya hablé de eso... hablé demasiado. Abro el cajón derecho nuevamente: casi he terminado con toda la hierba que tenía, me se de memoria todo mi porno y ya no quedan toallitas húmedas, tengo algunos granos nuevos en mi piel, vi dos películas y no me he vuelto a enamorar.

Creo que tengo que hacer esto más seguido.

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