INOPORTUNIDAD

Todo cae sin remedio. Es una época de crisis interna. Ya casi no hablo con mis padres ni dejo que me hagan favores. Descubrí que puedes volverte dependiente y no darte cuenta hasta que es demasiado tarde... o eres demasiado viejo. La chica lince de la semana anterior reaparece esporádicamente. Quisiera poder perderme una semana o dos con ella, absorvernos mutuamente, despedazarnos y terminar juntos en un bote de basura. Pero nada de esta fantasía decadente puede cumplirse. Existen tantas ganas y tanta predisposición que no tener tiempo ni lugar para saciarnos se vuelve un veneno amargo que está acabando con lo bueno.
Hoy, luego de invitarme a comer, me abrió la puerta del taxi. Le dije chao dándole medio beso en la boca. Cuando se cerró la puerta sentí que algo había terminado. Vi su cara detrás del vidrio, descubriendo en ella una especie de tristeza que se me contagió enseguida. Me dio una última sonrisa a la que respondí agitando la mano. El tiempo se había acabado una vez más y ambos nos íbamos, tragando la ira de las ganas. Le llamé dos veces mientras se alejaba el taxi. No me contestó.

No hay comentarios: