ARCOXIA 120 mg.

Nada duele y casi no temo. Mis ojos proyectan pulsos estroboscópicos cuando los cierro. Hablo, me río y callo. Ya no duele, y me estiro cayendo sobre mi espalda, absorto, atentísimo a los dos focos que salen groseramente del techo. Su mugre me parece majestuosa, los cadaveres de moscas, deshidratados por el tiempo y cicatrizados sobre la pintura antes blanca, no pueden ser más que arte. Un paraíso, un par de roces, algún borrón confirmado... nada duele. Y todo sonríe conmigo en un mundo soportable, a solo un analgésico de distancia. Un analgésico de distancia...

No hay comentarios: