HUEVO, CARNE, PAPAS...

Mi pierna dañada se ha vuelto motivo de preocupación nuevamente. Es triste estar desnudo en tu cama y de pronto escuchar un sonido metálico que abre las puertas de un dolor nuevo. Siempre hay dolores nuevos, la permanencia del dolor lo ha convertido en materia de concienzudo estudio. Sin embargo lo que sucede ahora rebasa todo lo experimentado. El doctor no lo supo explicar bien pero yo entiendo que mis nervios están nerviosos. A veces los dedos que no se mueven duelen como si algo los aplastara. El canto del pie arde como si se quemara. No puedo mover el pie de un lado a otro por el intenso dolor que recorre el lado externo de la pierna. El doctor optó por mandarme Lyrica, una pastilla de la familia de las anti epilépticas. Dato curioso: La primera vez que tomé este medicamento, estaba viendo la película Control (completamente recomendada). Hay una larga lista de efectos secundarios que experimentaré este mes pero han pasado a segundo plano al descubrir lo que estas pastillitas hacen cuando fumo hierba. Para el final, solo tengo una frase tan mundana que decepciona: me duele, pero no me importa.

1 comentario:

Chopán dijo...

gran película Control... y chucha pónagle fuerza ahi tocayo!! saludos